La muerte de mi padre

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Mis recuerdos: Cuando mi papá murió (20 de diciembre de 2003)
(Escrito el 24 de julio de 2005)

Hablando de recuerdos se me vino a la memoria algunos recuerdos, no muy viejos, sino de casi 2 años, recuerdos de la muerte de mi papá… tengo recuerdos de su enfermedad, algunas cosas que me cuestiono que no debería haber hecho o cosas que no hice… Pero en fin, no es de eso que escribiré ahora, sino que dejaré aquí algunos recuerdos de amistad… Contar con la presencia y el apoyo de algunas personas en ese momento me dieron fuerza y de cierto modo alegría… Hay algunas situaciones por las cuales debo dar gracias, por las amistades que Dios me ha dado…

Una de las primeras personas que aparecieron fue mi amiga [...] cuando mi papá estaba siendo velado en el templo san Agustín… De mi amiga hay un gesto que recuerdo… se me acercó, y me pidió mi celular y me dijo “¿a quién llamo?, ¿a quién le aviso?”… Ella se encargó de llamar a algunas otras personas importantes para mí… fue así cómo llegó Cynthia y su hermana Ceci a la iglesia, su presencia fue importante para mí, no se si estuvieron en el funeral, no lo creo, pero el que hayan ido al velatorio un momento, ya era para mí energias.

Recuerdo a otra persona muy importante para mí, Carolina Marín, me parece que también fue llamada por [...]… A Carolina no la vi hasta el final de las exequias… cuando terminó las exequias y fuimos a tomar el ataúd escuche pronunciar mi nombre “¡Walter!”, volteé la cabeza y la vi allí de pie, detenida, a unos metros sin acercarse… uno de mis grandes amores… estaba allí, y aunque solo la vi un segundo, puesto que estábamos sacando los restos de mi padre… un segundo que me marco… ella estaba ahí conmigo, esa mirada de un segundo trajo una inmensa paz a mi corazón… uno cree que muchas veces que nuestra presencia o nuestras palabras casi de nada sirven en ocasiones como ésta… yo no creo así… sí ayudan y sirven de mucho… Muchos otros estuvieron acompañándonos en el velatorio, en las exequias y en el entierro… muchos que hace tiempo no veía, ex compañeros de colegio y sus padres, ahí estaban… Mi amigo Seba Belmar y mi amigo Roro Castillo, al cual le tocaría a los pocos meses sufrir la muerte de su mamá, la tía Anita, y luego su abuelo.

Debo dejar también aquí el recuerdo de mi amiga Judith Araya… Ella no estuvo en el velatorio ni exequias ni en el entierro, pues no se entero… Mi amiga [...] la llamó, pero resulta que su teléfono no funcionaba… Mi amiga me había ayudado los 2 últimos años a armar el árbol de navidad en la casa de mi papá… Al día siguiente del entierro la llamé (22 de dic) y le pregunté si nos podíamos juntar… ella me dijo “corazón estoy con varios exámenes para estos días y con unas disertaciones para mañana y para otros días… estoy llena de trabajos, juntémonos en dos semanas más cuando salga de todo esto”… en ese momento le dije “mi papá murió”… y ella como si hubiese olvidado todo lo que me había dicho antes y todo el trabajo que tenía me dijo “voy para allá”. En una media hora estuvo en mi casa, como siempre me entregó su cariño… su presencia fue vida para mí… Me acompaño durante toda esa mañana… y me ayudó por tercer año a armar el árbol de navidad, cosa que para mí fue muy importante.

Mi madrina Fátima Oeyen (de confirmación) también estuvo presente… acompañando, ella fue conmigo la primera vez que fui al cementerio a visitar la tumba de mi papá… Gracias madrina.
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Debo admitir que Dios estuvo presente a cada momento haciéndose presente y expresándome su cariño y amor a través de diferentes personas… valiéndose de ellas ([...], Carolina, Fátima, Héctor Romero, Cynthia, Judith, Roro, Daniel González, Seba… y muchos otros) me hizo saber que Él estaba presente y me estaba acompañando.

Ahora ya se acerca la tercera navidad que pasaré sin mi papá… la primera navidad fuera de mi país, de mi tierra, este año no armaré un árbol, ni contaré con la ayuda de Judith… este año posiblemente el día de navidad no podré ni saludar a mi familia porque estaré en misiones… pero una cosa es segura… Dios sigue aquí acompañándome, fortaleciéndome… Dios no me dejará solo ni me abandonará.

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Agregando recuerdos (19 de febrero de 2009)

Quiero hacer mención de de tres amistades más, tres amigas de Santiago, porque los anteriores nombrados son La Serena y de Coquimbo. Loreto de los Reyes y Alondra Rodríguez, que me animaron el momento previo a partir a La Serena cuando ya me había entrado que mi papá estaba enfermo y de gravedad (una semana y media antes de morir), conversamos en casa de Loreto… y partí a La Serena con sus palabras de aliento, aunque partí con una seguridad en el corazón de que a mi papá se le acercaba la hora).

Mi otra amiga, Loreto Oyarte… ella al enterarse de la enfermedad y gravedad de mi papá me envió una carta, una tarjeta hecha por ella… dándome ánimos y mostrándome su cariño y compañía… esa carta llego justo el 20 de diciembre en la mañana, es decir, cuando mi papá murió… y algo que no se me olvidará… es que ese mismo día, 20 de diciembre, ella está de cumpleaños… Eso ha sido muy significativo para mí, esa coincidencia… esa preocupación de ella…

Cuando murió mi papá yo estaba junto a él, además estaba mi hermana Marcia y mi hermano Carlos Hernán… estábamos junto a la cama cuando el dejo de respirar… después de algunas horas de agonizar… yo en todo eso solo derrame una lagrima… una lagrima en el momento en que finalmente mi papá dejaba este mundo de vivos y partía a continuar su camino en otro… una lagrima de cariño y de adiós… Una lagrima para mi papá que partió.

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